Poema en Honor
Por Wisława Szymborska
Había una vez. Inventó el cero.
En un país incierto. Bajo una estrella
hoy probablemente oscura. Entre fechas
por las que quién juraría. Sin nombre
ni siquiera cuestionable. Sin dejar
bajo su cero ningún pensamiento profundo
sobre la vida, que es como. Ni una leyenda
de que cierto día a una rosa cortada
le agregó un cero y la ató en un ramillete.
Que cuando tenía que morir se fue al desierto
en un camello de cien jorobas. Que se quedó dormido
a la sombra de la palma que se había llevado. Que se despertará
cuando ya todo esté contado
hasta un grano de arena. Qué clase de hombre.
Por la grieta entre el hecho y lo inventado
se escapó nuestra atención. Resistente
a cada sino. Se sacude
cada aspecto que le doy.
Se le adhirió el silencio sin que la voz dejara cicatriz.
La ausencia tomó forma de horizonte.
El cero se escribe solo.