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Ozymandias

Por Percy Bysshe Shelley

(Traducción de Fernando G. Toledo)

 

A un viajero vi, de tierras remotas.
Me dijo: hay dos piernas en el desierto,
de piedra y sin tronco. A su lado cierto
rostro en la arena yace: la faz rota,

sus labios, su frío gesto tirano.
Nos dicen que el escultor ha podido
salvar la pasión, que ha sobrevivido
al que pudo tallarlo con su mano.

Algo ha sido escrito en el pedestal:
«Soy Ozymandias, el gran rey. ¡Mirad
mi obra, poderosos! ¡Desesperad!:

La ruina es de un naufragio colosal.
A su lado, infinita y legendaria
sólo queda la arena solitaria».