Cuadro la Lección de Anatomía - Rembrandt Harmenszoon van Rijn (1632)
Rembrandt Harmenszoon van Rijn (Leiden- Países Bajos, 15 de julio de 1606- Ámsterdam, 4 de octubre de 1669)
En el continuo devenir de aportes retomados y resignificados que conducen a la aparición de nuevas formas de representación y al arribo de nuevos paradigmas estilísticos, el genio innovador de Rembrandt tiene un lugar destacado. Rembrandt es un Imprescindible. Un “Must Have” de la Pintura. Su legado es tan poderoso que los movimientos pictóricos posteriores volverán sobre su obra continuamente.
Fiel exponente del Barroco, su obra es casi un manual de estilo del período. Recordemos que el barroco es ese movimiento artístico que toma distancia del Renacimiento a principios del Siglo XVII y que pictóricamente hablando trae composiciones más complejas y escenas cargadas de drama, donde los personajes tienen movimiento y hay un manejo diferente en la luz.
Se inicia en el oficio a corta edad, abriendo su propio taller a la edad de 19 años con su amigo y colega Jan Lievens, donde empieza a tener un nombre conocido por sus retratos. Luego se mudará a Ámsterdam y pintará durante 44 años. En este tiempo desarrolla una gran técnica como pintor y grabador. Su estudio crecerá, tomará aprendices y dictará clases. Gozará de gran fama y pintará a encargo del Príncipe Regente Frederik Henrik (de la Casa Orange Nassau), también de la Corte de La Haya y de la burguesía local. Supo tener tantos discípulos y alumnos en su Taller que hasta el día de hoy siguen examinando su obra, ya que como era habitual entre los antiguos maestros, Rembrandt solía pedir a sus alumnos que copiaran sus cuadros, o que retocaran alguna obra en curso, lo que trajo confusión sobre la autoría de muchas pinturas, sumado al hecho que Rembrandt no firmara siempre de la misma forma.
Tuvo la desdicha absoluta de tener que vivir para presenciar la muerte de todos sus hijos y de sus 2 esposas. También, perdió su casa y posesiones para pagar deudas. Alcanzó reconocimiento, fama y fortuna, pero pasó su último año en la pobreza y fue enterrado en una fosa sin nombre.
Fanático en el ejercicio de autorretratarse., hay más de 80 autorretratos que pueden utilizarse como registro de las diferentes etapas de su vida. Como los autorretratos no eran encargos Rembrandt los empleó como campos de experimentación y refinamientos de diversos procesos. Practicaba en ellos emociones y gestos, efectos de la luz, texturas y empastes.
Pedirá a sus retratados que realicen alguna actividad característica de su vida y así los pintará, apartándose del retrato tradicional. Trabajando de igual forma en los retratos dobles retratará matrimonios en escenas de la vida cotidiana. Así combinará el retrato con el desarrollo de un acontecimiento. Como puede verse fue un innovador en cuestiones de mercado. En La Lección de Anatomía del Dr. Tulp, un encargo colectivo del Sindicato de Cirujanos, pintará a cada uno de los integrantes, pero no los hará posar en fila, como sigue siendo usual, sino que los incorporará en una escena ficticia que imaginará y creará para esta situación, donde el Dr. Tulp está oficiando una clase: hay un cuerpo que todos los alumnos observan, un brazo diseccionado con músculos visibles, un libro a los pies del estudiado y podemos reconocer a cada uno de los cirujanos, que son quienes pagaron por su retrato.
Rembrandt completa todos los ítems barrocos que fueron señalados en los párrafos superiores. Deja de lado la pose, la escena estática y sin emoción. Sus personajes están en acto y gesticulan, tienen sentires y emociones. Retoma pasajes bíblicos para varias de sus obras y representa y reproduce acontecimientos en el momento culminante de la escena. Las escenas elegidas son brutales, a modo de ejemplo de estas temáticas pintará el momento en que Sansón es cegado por los Filisteos, el Sacrificio de Isaac, el momento en que lapidan a San Esteban. Además, y ésto también es una diferencia con lo anterior, elige colocar a menudo sus escenas en interiores, dejando de lado el paisaje. Así encuentra una nueva forma de tratar la luz que no responde a un manejo estricto y verosímil de la misma y usa este recurso para poner luz donde él considere que colabora para lograr el clima buscado. Este tratamiento de los contrastes lumínicos le permitirá dirigir la mirada del espectador y conseguir efectos sugestivos y emocionales, expresar la interioridad humana, la intensidad emocional de un rostro o la introspección profunda logrando atmosferas sombrías. Así el espectador es influido y conducido por Rembrandt a percibir y reflexionar, se hace parte de la obra. La mirada que en muchas obras el retratado dirige al observador interpela a quien está viendo y lo involucra de forma directa.
Dice Rembrandt que: “El pintor persigue la línea y el color, pero su fin es la Poesía”. ¿Qué te parece? ¿Lo logra? ¿Fuiste a ver el Rembrandt que tenemos en el Museo Nacional de Bellas Artes? ¿Sabés su historia? Contame. Te leo.
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