De cicatrices e invenciones
“De cicatrices e invenciones. El duelo y el trabajo de análisis”, libro escrito por Verónica Wainszelbaum, como resultado del trabajo sostenido de su tesis de maestría dirigida por el Dr. Osvaldo Delgado.
En el libro se conjugan dos variables: el duelo y el trabajo del psicoanálisis, que se orientan por un hilo conductor que es que ambos trabajos terminancon un resto imposible de eliminar, que son: la cicatriz en el duelo y los restos sintomáticos en el análisis; o como lo llamó Freud, en “Análisis terminable e interminable” al fragmento de agresión libre, un nombre de la pulsión de muerte del que no nos curamos.
Sigmund Freud le da dignidad al trabajo del duelo, no lo considera un estado patológico, aunque se manifiesten durante el proceso desviaciones de la conducta.
Para el padre del psicoanálisis un duelo, transcurrido un tiempo y acompañado del trabajo que posibilite su tramitación “pieza por pieza”, palabra por palabra, puede superarse.
Freud emplea la palabra alemana “Überwindung”para referirse a la “superación” del duelo, que significa: vueltas espiraladas en un camino sinuoso, -se va a tratar de un espiral no de una semirrecta- y esa connotación es afín al “Aufhebung” de Hegel, en donde se supera, se suprime y se niega al mismo tiempo, pero para la experiencia psicoanalítica no hay síntesis, sino un resto imposible de eliminar, ya que el duelo concluye con una cicatriz.
El psicoanalista Oscar Zack, en el prólogo del libro expresa que dicha cicatriz la piensa como: “un tiempo, un pasaje, que va del momento en que la cicatriz nos mira, al momento en que nos deja de mirar. Ese es, a mi entender un tiempo de apaciguamiento del dolor que se experimenta en el trabajo de duelo”.
Este texto articula una perspectiva clínica, política y epistémica que se da en el trabajo de análisis y en el trabajo del duelo, que al producirse el pasaje de la herida a la cicatriz se posibilita otra relación con el dolor con la perspectiva de la invención en el horizonte.
En oposición, en la melancolía, no hay trabajo del duelo, la herida sangra en un tiempo que queda detenido, eternizado en el dolor, contrapunto freudiano para dar cuenta de la diferencia de cuando es posible la tramitación que posibilita el trabajo en el duelo, que además, siempre será con un límite inherente, ya que nunca lo simbólico dará plena cuenta de lo real.
Este libro presenta un capítulo entero dedicado al chiste, el Witz freudiano, en donde el contrapunto es por el denominador común en el desplazamiento de la fijeza, llamada viscosidad libidinal, en donde se encuentra loequívoco ( distintos sentidos) de la palabra como condición para dicha superación.
Se toman seis ejemplos de la literatura, donde en uno de ellos se trabaja el duelo sobre la propia vida, y se sitúa una dimensión del tiempo que es “el que se tiene a disposición”, apropiación que le permite su análisis.
La autora toma ideas de algunos pensadores de la filosofía, como un aporte a la genealogía de los conceptos, para lo que fue valiosa la interlocución con la filósofa y metodóloga Ester Cohen.
En conclusión, el libro presenta un recorrido principalmente por la obra de Freud y de Lacan en conversación con la filosofía y la literatura.
Verónica Wainszelbaum es Psicoanalista, Magister en Clínica Psicoanalítica y docente Adjunta en Freud 1 en la UBA