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Una zona sagrada - Carlos Fuentes

Las sirenas no le cantaron. La nave perdida pasó en silencio frente a las islas encantadas; la tripulación sorda imaginó esa tentación...

Aún sigo aquí - Claudia Montoya

No podía decidirme entre abrir un vino o servirme otro vaso de whisky. Nunca me había gustado el whisky, pero él siempre decía que curaba hasta el alma y mi alma sí que dolía....

Cae la noche - Jimmy Castro

El sol cae rápidamente por la ladera de una montaña lejana, es inevitable que el día termine, pronto la noche cobrara de nuevo el vigor suficiente para ejercer su reinado...

Si yo fuera mosquito - Paula Arias


Tómas: qué aburrido estoy, mis carros ya no ganan carreras, a mis muñecas se les enfrió el te, si tan solo pudiera… (piensa intensamente y ve a un mosquito pasar) ser un mosquito.
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El Clavo - Flavia Nams

Hace poco me mudé a esta casa.
Las paredes están tan blancas que me asustan un poco.
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Misa de domingo - Javier Domingo Candia

Cuando estallo la crisis económica y social del 2001 en Argentina, Villa Blanco era un pueblo tranquilo del interior de la provincia de Buenos Aires...

La cajita roja - Miguel Conocente

Llegar hasta la puerta de tu casa con esta pequeña caja como ofrenda inesperada. Haber aminado las ocho cuadras heladas desde la parada del colectivo con el alma resquebrajada de dudas pero aliviada...

Silencio - Maricel Lazzeri

Ese invierno se había perdido la cosecha de las doscientas hectáreas de trigo y arroz. Lo supe después, no ese día, en el que ni sospeché que mientras mi abuelo giraba la vuelta del mate amargo...

Cotorritas - Pablo Carrazana

Comencé a juntar las cosas que encontré en el cuarto. Las agarraba con cuidado y las metía en la caja. Eran como reliquias de una época dorada que comenzaba a escaparse...

Las líneas de la mano - Julio Cortázar

De una carta tirada sobre la mesa sale una línea que corre por la plancha de pino y baja por una pata. Basta mirar bien para descubrir que la línea continúa por el piso de parqué...

Sandra - Valeria Novello

Aquella mañana, Sandra se despertó con la expectativa de un posible empleo. Recién llegada de Perú, conoció a Nicolás, su compañero de pensión...

Alas - Carolina Códoba

Vení, Charli, acompañame al patio. Ya preparé el mate. Sentate acá. La verdad es que semejante espectáculo es digno de ser evitado...

Las Vendimias. 1936 - Santiago Echeverría

A la muerte hay que adornarla porque de ella no se puede decir nada, por eso existen los funerales y los obituarios...

Historia del señor Jefries y Nassin el Egipcio - Roberto Arlt

No exagero si afirmo que voy a narrar una de las aventuras más extraordinarias que pueden haberle acontecido a un ser humano, y ese ser humano soy yo, Juan Jefries…

Deshilar - Fabio Nuñez

María se paraba en las puntas de sus pies para alcanzar con la mano derecha la ventanilla mientras que en la izquierda sostenía su mochila y su sombrero...

Ojos que miran sin ver - Carolina Lucero

Yo los veo, pero ellos no me ven a mi. Son ojos que miran sin ver. Ahora tengo uno sentado a mi lado, en un café de una esquina de una calle cualquiera, en una ciudad cualquiera…

Mera Diversión - Daniel Álvarez

Puedo pasar todo el día tirado en el piso tomando sol, sin preocuparme por todas las personas que pasan rápido, dando trancos largos igual que canguros o cortitos como tortugas….

El anciano del puente - Ernest Hemingway

Un viejo con gafas de montura de acero y la ropa cubierta de polvo estaba sentado a un lado de la carretera. Había un pontón que cruzaba el río, y lo atravesaban carros….

Horóscopo - Ariel Zelener

El interés por mirar el horóscopo en el diario lo tengo casi desde que me casé con Silvia, hace tres años. Cuando uno está en pareja, después de un tiempo, va adoptando algún hábito o costumbre de la otra persona…

La hija de la luna - Marisol Grifa

Era una mañana apacible, cálida y serena. Ahí estaba ella, una pequeña niña de 7 añoscon unos bellos rizos dorados. Jugaba tranquilamente en su parque con todo lo que sus ojos podían ver...

El otro lado de la tragedia - José Saramago

Vi las imágenes del fusilamiento. Un poste clavado en el suelo, atado a él un hombre joven, vestido con unos pantalones oscuros y una camiseta, el pelo muy corto...

Te recuerdo como eras - Lilén Sartore

Recuerdo el viaje hacia tu encuentro, la bici, las calles, los árboles y ese preciso espacio sin pavimento. Todo verde, aire fresco, y la energía que siempre estaba cerca nuestro...

Lenguas botánicas - Solana González

Un día empezaron a hablar en lenguas distintas. Como no podía recordar la fecha, se corrigió, en un momento empezaron a hablar lenguas distintas...

El comerciante - Franz Kafka

Es posible que algunos me tengan compasión, pero yo no advierto nada. Mi pequeño negocio me abruma de preocupaciones que me provocan dolores internos en las sienes y en la frente...

Una sorpresa para la tía Lucía - Melisa Gentile

Visitábamos a la tía Lucía dos o tres veces por año porque ella vivía a 300 kilómetros de la ciudad, en un pueblo rural. La tía no era mala, pero tampoco buena. No era vieja, pero tampoco joven. La tía era una persona bastante misteriosa para mí…

Libra y la hoz - Flavia Nuñez Marquessini

Libra era una mujer inquieta pero no curiosa. Su inquietud se llenaba con tener los platos limpios y el living reluciente. Estaba casada con Carlos, un hombre de pocas palabras que nunca aspiró a mucho...

Rohayhu - María Mercado Doval

Esta es la historia de la correntina y dice así:
Cuando me dejen salir, me voy a tomar el línea 7 que me lleva al José Hernández, no estoy muy segura de sime deja por allá
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Caza - Por Evelin Zarate

Apenas puedo contener la respiración, si logro mantenerme en silencio por un buen momento, no la a encontrarme. Corrí tan rápido como pude...

Ella - Por Joaquín Gallardo

Y, a pesar de todo, Leandro se despierta en casa ajena; cortinas amarillas, una planta sobre el aparador y polaroids de un viaje de amigas pegadas en la pared, le dan la pista...

Los ojos del olvido - Paula Inés Lapunzina

Cada vez que alguien me preguntaba, a lo largo de los años, sobre si le tenía miedo a la muerte, yo contestaba que no. Siempre la pensé como algo inminente, saberse vivo es sinónimo de saberse muerto algún día...

Hurenso… - Emmanuel Diaz

Cuando empezó a llover, el cónsul se puso el impermeable y fue a arriar por última vez la bandera. Una vez sentado tras su escritorio, la guardó en uno de los cajones y lo cerró con llave…

La dama de Verona - Anatole France

Este relato fue hallado por el R.P. Adone Doni en los archivos del convento de Santa Croce, de Verona: «La señora Eletta de Verona era tan maravillosamente bella y bien formada...

Implosión literaria - Claudia Montoya

En ese mismo instante, cuando sus ojos finalmente se posaron en los míos, supe de manera exacta cuánto lo admiraba. Era mucho más de lo que había calculado, entre noches de insomnio y auto consuelo...

Reverberaciones - Fabio Nuñez

Los crujidos del agua galopando hacia el abismo chocaban sobre las barricadas de su memoria recordando aquel día. Era un domingo de primavera...

Cuchillo de plata - Augusto Lagiglia

El sonido de nuestros corazones casi se podía escuchar debido al perpetuo silencio que inundaba el comedor, nadie tenía la intención de hablar...

El árbol de la bruja - Karen Santander

Sentada en la vereda, bebiendo el calor de aquella bola de fuego que colgaba del cielo una tarde oscura de invierno. Caía una hoja naranja lima de aquel árbol adulto abrazado a la tierra...

Pajarito y el Paragua. Promesa Cumplida - Carlos García Cejas

Esta es una no tan antigua narración, cuento o leyenda de la zona mesopotámica. La historia transcurre en algún cercano a los Esteros del Iberá...

El caso de los viejitos voladores - Adolfo Bioy Casares

Un diputado, que en estos años viajó con frecuencia al extranjero, pidió a la cámara que nombrara una comisión investigadora...

Confitería Álvaro - Marisol Jazmín Jaime

El neorrealismo italiano ingresó a mi vida en formato VHS. Una mañana leí en el rótulo de la caja de plástico (la que contenía el casete) que decía «Ladrón de bicicletas»...

Blancos - Roberto Borello

Cada vez que la pava silbaba en la desvencijada cocina, el niño sabía que había que saltar de la cama para iniciar el día; la abuela Uva gritaba desde el patio para que se levantara porque iba a llegar tarde al colegio...

Hasta que la muerte nos una - Malena Meilan

Era primavera, la flor se deshojaba a sí misma. Creaba en el desamparo de los amores no resueltos, elucubraba finales para el absurdo de los muertos...

Crímenes de Alcoba - Cristian Cabrera

Mientras la sangre que riega el piso se mimetiza con la alfombra, la salpicadura en la pared y los fragmentos de vidrio roto, alientan a la peor de las sospechas, la de un homicidio...

Veintisiete - Giorgio Manganelli

Un señor que poseía un caballo de excepcional elegancia, una mansión fortificada, tres criados y una viña, creyó entender, por la manera como se habían dispuesto los cirros en torno al sol…

Vecinos - Raymond Carver

Bill y Arlene Miller eran una pareja feliz. Pero de cuando en cuando tenían la sensación de que en su círculo de amistades se les había relegado…

Sombra - Edgar Allan Poe

Vosotros los que leéis aún estáis entre los vivos; pero yo, el que escribe, habré entrado hace mucho en la región de las sombras. Pues en verdad ocurrirán muchas cosas, y se sabrán cosas secretas…

La eterna canción - Camilo José Cela

¿Usted cree qué estoy loco…? No; yo le podría asegurar que no lo estoy, pero no lo hago. ¿Para qué? ¿Para darle ocasión a exclamar, como todos los que oyeran: “¡Bah!, como todos…

Bisa Vuela - María Elena Walsh

Había una vez una ancianita con más años que hojas tiene un ombú. Alta y flaca y memoriosa y sabia….

El suicida - Enrique Anderson Imbert

Al pie de la Biblia abierta –donde estaba señalado en rojo el versículo que lo explicaría todo– alineó las cartas: a su mujer, al juez, a los amigos. Después bebió el veneno y se acostó

Tiernamente adorables - F. Scott Fitzgerald

Ah, mi Chico Lindo, tan divino lector de Platón! ¡Ah, oscuro, leal, campeón de golf de los negros de Chicago! …

Carta a un Reportero - Antón Chéjov

Esta semana hubo seis incendios grandes y cuatro pequeños. Se suicidó un joven por el amor apasionado hacia una dama…

El eclipse - Augusto Monterroso

Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva…

El ruiseñor y la rosa - Oscar Wilde

Había una vez un ruiseñor que vivía en un jardín. El ruiseñor comía las migas de pan que caían de la ventana donde un joven estudiante comía pan cada mañana…

Hombre del sur - Roald Dahl

Eran cerca de las seis, así que pensé en pedir una cerveza y tenderme en una hamaca junto a la piscina a tomar un poco el sol de la tarde…

Los melocotones - León Tolstói

El campesino Tikhon Kuzmitch, al regresar de la ciudad, llamó a sus hijos.
—Mirad —les dijo— el regalo que el tío Ephim os envía…

El mono científico - Robert Louis Stevenson

En cierta Isla de las Antillas había una casa y una playa cerca de una arboleda. En esa casa habitaba un vivisector y, en los árboles, un clan de simios antropoides….

El traje nuevo del Emperador - Hans Christian Andersen

Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas en vestir con la máxima elegancia

Héroe por yerro - Paula Suárez López

Sé que están acostumbrados a esa clase de historias donde los héroes parecieran superiores a los simples mortales…

Vivo con un fantasma - Candela Fabroni

Vivo con un fantasma. Se instaló en mi casa hace algo así como una semana. Desaparece cada vez que me doy cuenta de que está ahí….

Delito - Antonio Di Benedetto

Yo era un tenaz fumador. Una noche me quedé dormido con un tabaco en la boca. Desperté con miedo de despertar…

El retrato oval - Edgar Allan Poe

El castillo al cual mi criado se había atrevido a entrar por la fuerza antes de permitir que, gravemente herido como estaba, pasara yo la noche al aire libre…

Principes eran los de antes - Margarita Gautier

El príncipe Julio rebana una longaniza a la calabresa y dispone unas aceitunas y unos quesos en una tablita. 

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj - Julio Cortázar

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire…

Besaste a Lilly - Charles Bukowski

Era un miércoles por la noche. La televisión no estuvo interesante. Theodore tenía cincuenta y seis años. Su mujer, Margaret, cincuenta…

IKIGAI Empresarial o La vida es un oxímoron - Margarita Gautier

-Doctora, finalmente la empresa me paga el MBA en IAE. El otro día en la clase de management el profesor nos decía que para hacer un plan de carrera hay que pensar en un plan de vida….

Odio desde la otra vida - Roberto Arlt

Fernando sentía la incomodidad de la mirada del árabe, que, sentado a sus espaldas a una mesa de esterilla en el otro extremo de la terraza, no apartaba posiblemente la mirada de su nuca…

El llanto del ermitaño - Carmen Martín Gaite

Érase una vez un pequeño reino cuya prosperidad y recto gobierno venían decantados desde tiempo inmemorial en una serie de crónicas elaboradas por los letrados…

Un muy corto relato - Ernest Hemingway

En la últimas horas de una tarde calurosa lo llevaron a la azotea y desde allí podía dominar toda la ciudad de Padua. Las chimeneas se perfilaban sobre el cielo…..

Elijo creer - Margarita Gautier

Oficina. Casi mediodía. No puede concentrarse, hacer foco, le dijeron que se dice. Y eso que probó todo tipo de yogas, combinado con respiraciones….

El mensaje imperial - Franz Kafka

El Emperador, tal va una parábola, os ha mandado, humilde sujeto, quien sóis la insignificante sombra arrinconándose en la más recóndita distancia del sol imperial, un mensaje…

El viento - Maria Elena Gómez

Sueña un sueño despierto, en su triste vida. Quisiera encontrar la manera de rectificarse y volver a ella. Pero no pudo con lo que traía de su otra vida, y no tuvo otro remedio, más que abrirle la puerta, para que ella se fuera.
Cuando la cerró, sin querer, casi sin darse cuenta, cerró su vida entre cuatro paredes….

Diez minutos - Margarita Gautier

Las 7. El ulular de las palomas torcazas se mezclaba con el ruido de la avenida ahí tan cerca. Arriba después de un estado de duermevela insoportable, el sueño liviano, de vidrio frágil y barato, interrumpido por cualquier nimiedad. Abrió los ojos. ….

Tesoros del Atardecer - Agustina Micaela Chiera

Podía jurar que aquel escrito que había hallado en el interior de la pequeña caja de madera, adornada de diminutas piedras doradas, era un secreto entre mi alma y el destino….

El descubrimiento de la circunferencia - Leopoldo Lugones

Clinio Malabar era un loco, cuya locura consistía en no adoptar una posición cualquiera, sentado, de pie o acostado, sin rodearse previamente de un círculo que trazaba con una tiza…

No llegó - Paula Suárez López

Llegamos a la escena, era todo un desastre. Nos habían llamado desde la Central a eso de las tres de la mañana, para que nos presentáramos en el domicilio…

Funámbulista de los Bordes - Marian Taroni

¿Cómo hacer pie en un mundo dado vuelta? ¿Qué objetos nos permiten el equilibrio, el sostén? ¿“La cuerda floja o con la cuerda al cuello”? …

La carne - Virgilio Piñera

Sucedió con gran sencillez, sin afectación. Por motivos que no son del caso exponer, la población sufría de falta de carne. Todo el mundo se alarmó y se hicieron comentarios más o menos amargos y hasta se esbozaron ciertos propósitos de venganza….

El Hombre Muerto - Horacio Quiroga

El hombre y su machete acababan de limpiar la quinta calle del bananal.
Faltábanles aún dos calles; pero como en éstas abundaban las chircas y malvas
silvestres, la tarea que tenían por delante era muy poca cosa….

El ascensor que bajó al infierno - Pär Lagerkvist

El señor Smith, un próspero hombre de negocios, abrió el elegante ascensor del hotel y, amorosamente, tomó del brazo a una grácil criatura que olía a pieles y a poder…

El 99 no salió - Fernanda Suárez López

Esa tarde sabía que el 99 sería el número ganador. Me tomé un café y salí a las chapas a lo de Oscar.  «Vengo a jugarle a los hermanos. …

Ante la ley - Franz Kafka

Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita que le permita entrar en la Ley …

Soliloquio del Solterón - Roberto Arlt

Me miro el dedo gordo del pie, y gozo. Gozo porque nadie me molesta. Igual que una tortuga …

La rosa de sol - Agustina Micaela Chiera

Caminé hacia la playa, convencida de que aquellas rosas flotarían sobre la pureza del agua y me uní, entonces, a la magia del comienzo del atardecer….

La Apariencia - Damian Zeballos

El Loco siempre se me aparecía en cualquier parte. Créanme: aunque cerrase los ojos, ahí también podía encontrarlo….

Corazón de Familia - Leslie Iso

El amor, los celos y un perro perdido. Compartimos este cuento con ustedes…

Las ruinas circulares - Jorge Luis Borges

Un hombre que busca ser dios, lo logra. Pero se arrepiente de lo que descubre. Relato corto y muestra de la genialidad universal de su autor…

Ada - Damian Zeballos

Una relación amorosa en una confitería y la metáfora que crece hasta devorarlo todo….

Ganas de irse - Milagros Carnevale

Una joven, un amigo y su gusto por el arte. Compartimos este relato corto. Para disfrutar…

Espantapájaros: 24 - Oliverio Girondo

¿Qué pasaría si todos los habitantes de una ciudad viven su vida pensando todo el tiempo que son mortales? Esto se imaginó Oliverio y se lo compartimos.

Matar al gato - Sofía Peralta Ramos

Este breve relato de la psicoanalista Sofía Peralta Ramos, les hará dudar de los gatos…

Continuidad de los Parques - Julio Cortázar

El 26 de agosto de 1914 en la ciudad de Bruselas, nacía Julio Florencio Cortázar, escritor, traductor e intelectual argentino; maestro creador de cuentos cortos y uno de los mayores representantes de la literatura latinoamericana en el mundo.