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Te recuerdo como eras

Por Lilén Sartore lilenoreja@gmail.com 

Recuerdo el viaje hacia tu encuentro, la bici, las calles, los árboles y ese preciso espacio sin pavimento. Todo verde, aire fresco, y la energía que siempre estaba cerca nuestro.

Recuerdo el paisaje del cielo, el juego de las nubes, los colores del atardecer. Todo lo efímero se desdibujaba con el tiempo, menos vos que siempre conservabas tu esencia y me asegurabas que todo era pasajero.

Recuerdo el baile del viento, las hojas caerse lentamente y danzando podía sentir que así nos saludábamos. Vos siempre estabas ahí, esperando. No solo a mí, lo sé. Pero sé que necesitaba volver, un poco a vos, pero otro poco más a mí. Sabias guiarme de regreso cada vez que me perdía.

Recuerdo el olor a arcilla, el río ahí cerquita nos servía de banda sonora para esa terracita natural. Entre sol y sombra podíamos charlar, aunque claro ya sabrás que solamente era tu sombra la mejor del lugar.

Te recuerdo como eras en el otoño, en todas las estaciones en realidad. Inclinado en las tardes con voz de pájaros y en tu corazón un pedazo de mi casa donde emigraba mi lado poeta y sincero.
Tu recuerdo es luz, es fogata en invierno, será siempre tu silueta mí sombra preferida ante cualquier sol intenso.

El ombú es una planta con aspecto de árbol, que nunca supieron definirte como árbol, arbusto o hierba. En realidad, simplemente eras un lugar seguro a dónde regresar, dónde sabía que tu sombra me daba refugio, una casa que me ayudaba a encontrarme.

No eras el único, ahí no más había otro parecido, pero nunca igual. Para mí siempre serás inigualable porque algo de tu energía siempre fue parte de la mía.
Porque me enseñaste a escuchar, a mirar, a sentir en verde, a volar, a agradecer mis frutos pero también respetar mis raíces.

¿Qué pasó con ese viejo ombú?
Con certeza no lo sé. Un día volví y simplemente no estaba más.
Pero cuenta la leyenda que una niña se sentó a llorar sobre la tierra, humedeciéndola tanto hasta quedarse dormida. Al despertar un hermoso ombú le daba sombra, allí donde había llorado.
Tal vez no puedo buscarte en otro lado porque en algún momento volveremos a encontrarnos.
¿Cuántos años vive un ombú?
Te recuerdo como eras y mientras lo haga seguirás siendo inmortal.