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¡Al gran pueblo argentino Salud!

Por Paula Suarez Lopez

20 enero, 2025

 

Paula Suárez López nos hace llegar una reflexión sobre los despidos masivos en salud de este mes. Siendo trabajadora del Hospital Nacional en Red Laura Bonaparte, nos cuenta en primera persona cómo transita este momento en su hospital. La autora se detiene en de qué modo el discurso capitalista se introduce y hace estragos en el derecho universal a la salud.

Escribo.
Escribo angustiada.
Escribo indignada.
Escribo con furia.
Me hierve la sangre.
Escribo y me duele.
Escribo.

 

          Este escrito es producto de una noche de desvelo a pura angustia por las acciones que llevan adelante quienes destruyen aquello en lo que creo, en lo que quiero para mi país y para todos aquellos que lo habitan.

          El pasado 15 de enero el Ministerio de Salud de la Nación informó que no se renovarán 1400 contratos en el sector de salud a partir del siguiente mes. En el hospital Bonaparte, para el cual trabajo, despidieron a 200, por lo tanto, actualmente cuenta con 360 empleados. 

          De la nefasta comunicación llaman la atención algunas cosas: se habla de reestructuración, reordenamiento, redireccionamiento. Pero estos no son más que eufemismos para lo que realmente está ocurriendo: desregulación y vaciamiento. Este no es el primer intento de cierre del hospital. Dejemos en claro algo, vaciar una institución es lo previo a cerrarla, pero como dije, no es la primera vez que pasa. El día 20 de septiembre del año pasado, el vocero presidencial informó que los Hospitales nacionales pasarían a ser sostenidos por sus jurisdicciones y mencionó específicamente al Hospital Nacional en Red Laura Bonaparte (ex CENARESO). A principios de Octubre se indica el cierre del Servicio de Internación por orden ministerial y desvinculaciones: lo que frenó el cierre inminente de nuestro querido Hospital fue el apoyo de la gente, movimientos sociales, colectivos de derechos humanos, la colaboración de otras instituciones y gremios. Y  ahora, nos enfrentamos a este nuevo golpe disfrazado de eficiencia.

Hay un empuje a convertir la salud en un objeto más de consumo y no como un derecho garantizado. El efecto suele ser devastador para la población y sobre la estigmatización y marginalización ya existente se suma mayor sufrimiento psíquico. Sabemos que la segregación es estructural e inherente a todo sistema simbólico pero resulta extremadamente peligroso utilizarla como herramienta política.

 

          Por otro lado, el comunicado menciona que este recorte, no afectará el normal desarrollo de las funciones de la cartera sanitaria. Me detengo precisamente en este punto, lo leo, lo vuelvo a leer, me esfuerzo pensando en que tal vez hubo un error de tipeo, que tal vez fue la ignorancia de no saber cómo funciona un hospital público lo que los lleva a actuar de este modo. Freno mi esfuerzo, ya que es en vano. No hay que ser muy lúcido para saber que la atención de pacientes necesita de profesionales y también de sus administrativos, como también son fundamentales personal de cocina, técnicos, mantenimiento, limpieza y seguridad. Así como hace años nos encontramos irónicamente con un Ministerio de Educación sin escuelas, lo cual ha tenido pésimas consecuencias, al parecer ahora quieren que pensemos que una guardia de salud mental, una sala de internación, una farmacia, una enfermería, un dispositivo telefónico de asistencia en la urgencia, en fin, que un hospital entero puede funcionar sin trabajadores. Pero claro, supongo que esto ya lo sabían antes de tomar estas medidas y en realidad que algo comience a no funcionar favorece el proceso, se vacía para luego sostener que es necesario privatizar o cerrar. 

          El comunicado finaliza sosteniendo que el objetivo es ser eficientes y cuidar de este modo los recursos de todos los argentinos. ¿Ser eficientes? ¿Todos los argentinos? Lo que queda evidenciado es una política de sálvese quien pueda, que abandona a quienes más lo necesitan. Como si realmente alguien pudiera salvarse solo.

 

          Me cuesta pensar simplemente en cifras, 1400, 200, 30%. Me resulta imposible no pensar en las historias que hay detrás de cada número. Pienso en los que se quedaron sin el único ingreso mensual, en cómo pagarán el alquiler el mes próximo, en las madres con bebés de apenas meses, en quien se reincorpora después de una enfermedad grave, en el que recibió la notificación de despido durante una licencia. El hospital no tiene manera de funcionar sin sus empleados. De muchos servicios solo han dejado a los coordinadores…que no tienen ningún equipo al cual coordinar. 

          También puedo hablar de los pacientes que asisten al hospital ¿A dónde van ahora? A algunos parece no importarles la respuesta. Yo no puedo dejar de pensar en todos ellos. Me desvela.

          Frente a este estado de las cosas me pregunto ¿qué dice la Constitución Nacional sobre la salud? ¿De qué modo se resguarda al pueblo para que acceda a un derecho elemental como lo es la salud? ¿En qué lugar queda el estado argentino con las últimas decisiones que se han intentado tomar respecto al mantenimiento de los Hospitales Nacionales? Lo que se deja ver es un ataque sistemático a la Salud pública y a sus trabajadores.

          No quisiera pasar por alto el examen de idoneidad vergonzoso a los que los empleados estatales con cierto tipo de contrato nos vimos sometidos. Un examen anunciado en noviembre del año 2024, para rendirlo a partir de diciembre con la promesa de que si se aprobaba, tendríamos un contrato anual, ya que desde el cambio de gestión los contratos son trimestrales. Un examen de idoneidad en el cual a quienes trabajamos en Salud Mental no se nos evaluó sobre la ley de Salud mental n°26.657 promulgada en el año 2010. Llamativamente tuvimos que estudiar el Código Electoral Nacional, la Ley de Administración Financiera, la Organización del Estado Argentino, Constitución Nacional, la Ley de Ética en el desempeño de la Función Pública y la Ley de Procedimiento Administrativo. Sumado a lógica matemática, comprensión de texto y matemática. La mayoría de los que se encuentran despedidos tienen ese examen aprobado, de hecho hasta hace unos días el 96% de los trabajadores lo aprobó. No puedo dejar de pensar en el pibe de administración que me contó que el miércoles 15 rindió el examen a la mañana, festejó que lo aprobó y a la noche le llegó su despido. 

Buscando en la constitución, me detengo en la modificación del año 1994. En la cual se incorporó el artículo 75, inciso 22 donde se indica que declaraciones, pactos, convenciones y protocolos son vinculantes con la constitución nacional y deben entenderse como complemento de los derechos y garantías. Hallé este en particular: “Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”[1]Extraído de https://www.ohchr.org/es/instruments-mechanisms/instruments/international-covenant-economic-social-and-cultural-rights. Fechado el 16 de diciembre del año 1966 – Pacto vigente … Continue reading. Tal vez, para comprender el problema que estamos atravesando haya que tener en cuenta la modificación que se realizó en el artículo 42 de la constitución nacional argentina, en el cual se pasó de nombrar a ciudadanos de otro modo, se los comenzó a llamar «consumidores y usuarios» [2]Extraido de https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/derechoshumanos_publicaciones_colecciondebolsillo_01_constitucion_nacion_argentina.pdf  Suárez López, Paula Mariana. Profesional … Continue reading

No es cualquier cosa que se nombre consumidores a los ciudadanos, introduciendo intencionalmente una palabra de la lógica del discurso capitalista, que como ya sabemos, forcluye las cosas del amor.

 

          Por otro lado, hoy más que nunca resulta necesaria la existencia de dispositivos que alojen a los sujetos y a sus malestares, la prevención es de vital importancia para reducir riesgos y daños. Entendiendo al riesgo como la probabilidad de que un evento ocurra o no y el daño como la posibilidad de producción del mismo, como un hecho ya acontecido. Para prevenir hay que hacer lugar. Nos encontramos en medio de una pandemia en salud mental y esto hay que atenderlo con urgencia. 

           Lo público no puede ser pensado como un negocio. Martin Kohan explica que la sociedad implica un espacio de lo común entre varios, de lo compartido y que este último tiempo se ha hecho un esfuerzo por trasladar el discurso de lo privado a lo público, como por ejemplo cuando se dice: “yo te pago el sueldo” o  “con la mía”. El error es pensar esos aportes a los fondos públicos  como aportes de unas personas a otras.

          Actualmente se intenta una suerte de desregulación y privatización de sectores, incluidos el sector de la salud, lo que suele ser un retroceso en el derecho y accesibilidad respecto de la salud como un bien común. Hay un empuje a convertir la salud en un objeto más de consumo y a dejar de considerarla como un derecho. El efecto suele ser devastador para la población y sobre la estigmatización y marginalización ya existente se suma mayor sufrimiento psíquico. Sabemos que la segregación es estructural e inherente a todo sistema simbólico pero resulta extremadamente peligroso utilizarla como herramienta política. 

         Los Estados no pueden ser neutrales frente a la falta de paridad. Nadie que se pretenda neutro, respeta los derechos del otro ni su singularidad, no se puede ser neutral en lo que compete la vida o muerte de otro. El psicoanálisis es un instrumento del que se puede valer un sujeto para encontrarse con su singularidad, propone respetar la diferencia, éste es un principio ético que se debe de sostener. La apuesta es hacer entrar a la palabra, ya que la violencia irrumpe, incluso sin que se la provoque, cuando no se propicia lugar a lo simbólico. El psicoanálisis mantiene vivo el deseo de no rechazar, de darle lugar a aquello con lo que no podemos. Desde el psicoanálisis no podemos más que intentar ser subversivos, sosteniendo el amor y el deseo. Me recuerda esto a lo mencionado por la psicoanalista Celeste Viñal hace un tiempo “sostener que como psicoanalistas en los hospitales públicos, parte de nuestro trabajo es defender lo público incluyendo lo singular y defender lo singular en lo público”.

         Espero ansiosa que se pueda desplazar del significante <reestructuración> a mejoras en la accesibilidad. De la crueldad de toda época, siempre se sale de la misma manera: la salida es con otros, es colectiva. 

          No permitamos que nos despojen de esto.

 

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